En clase hemos hecho unos ejercicios de redacción en los que, además de aprender un poco más en el arte de saber comunicarse, era necesario echar a volar la imaginación. Unos debían inventar historias ambientadas en las nubes, otros debajo del mar y otros en un reino de fuego. En el aula y entre todos intentamos imaginar esos mundos: cada uno decía una característica: cómo comían, cómo se desplazaban, cómo eran sus cuerpos, qué vestían… y luego en casa había que escribir una historia con estos escenarios. ¿Y?
Bueno, al principio tan sólo salían tópicos, modelos ya archisabidos por todos, pero luego, cuando logramos que la imaginación comenzara a andar, conseguimos crear unos mundos fantásticos estupendos.
En fin, que dejando aparte a los que se les “olvidó” y los que lo hicieron en el último momento, hay ejercicios realmente buenos. No puedo recoger en este artículo las narraciones enteras pero sí quiero que veáis algunos fragmentos de futuros escritores. Si los tenéis cerca y no sabíais que eran buenos, les podéis pedir alguna firma antes de que sean demasiado famosos.
En primer lugar he seleccionado dos comienzos muy muy sencillos: uno indica el dónde se desarrolla la acción y quién la va a protagonizar y el otro utiliza el antiguo recurso de “esta historia en realidad me la contó…
En un lugar muy lejano y hace ya bastantes años, habitaba en un castillo rodeado de fuego una criatura malvada y su dueño Paul. (Patricia Ruiz Campos, 3ºB)
Esta historia me la contó mi abuelo cuando era pequeña. Era sobre un mundo de fuego, un lugar desconocido del cual nadie más sabía dónde estaba. Era un mundo de colores rojos y anaranjados donde había montones de volcanes y lava y, donde, sorprendentemente, había vida (Olga Coello Domínguez, 3ºB)
Otros fragmentos llaman la atención por la gran cantidad de elementos mágicos:
Ella empezó a derrumbar la casa mientras que los ratones y los gnomos acobardaban a la bruja. El dragón nos llevó volando hacia el castillo para que no nos quemáramos los pies. Sack cogió la varita de la bruja y la partió en dos, yo cogí el libro de los conjuros y me puse a recitar las palabras mágicas para que todo volviese a la normalidad. La bruja empezó a deshacerse y no quedaron restos de su cuerpo. El dragón, los ratones y los gnomos también recuperaron sus cuerpos humanos. (Beatriz Sánchez del Álamo, 3ºB)
Curiosamente no les importa matar a sus protagonistas si de esta manera le dan mayor fuerza a su historia:
Sylvana había muerto. Aquellas aguas tenían un aporte mayor de oxígeno y el cambio brusco de este clima la había debilitado hasta morir. Nadie se atrevió a mencionar nada de esto por lo que se convirtió en leyenda. (Cristina Fernández, 3ºA)
Las descripciones de los lugares son siempre un elemento esencial para construir una buena historia:
Pronto llegué a la pequeña aldea. Se daba un aire a la mía, pero había algo extraño en la plaza: una pequeña carpa blanca y morada. Entré por una cortinilla y allí estaba esa mujer. Parecía una bruja. Cuando me di cuenta que me estaba viendo, ma asusté. Tenía una fría mirada…(Noelia López Garrido, 3º B)
Y cómo no, la descripción de los protagonistas es imprescindible:
Se cuenta que los dioses les enviaron un cataclismo que hundió la ciudad en el mar y sus habitantes mutaron a una nueva raza que tenía un raro aspecto: (…) la parte inferior era en forma de pez y la superior, con forma humana. Su tecnología desapareció después del cataclismo y ahora desarrollan una nueva. Han cambiado también su forma de reproducirse y (…) tienen miedo a los humanos. Además, su estructura es hiperresistente ya que tienen que soportar miles y miles de kilogramos de presión… (Jorge Quilón Domínguez, 3ºA)
También encontré buenos finales, incluso cuando recogen elementos muy conocidos por todos.
“Le eché un trago y sabía como a rosas, entonces comencé a flotar. Emily se arrodilló ante mí y me dijo que era yo, que era la mujer que con tanta ansia había esperado siglos y siglos. Entonces me puse en marcha hacia el reino de Bel. Entré en sus aposentos como pude, a escondidas de los guardianes (…) Bell dormía en un sueño profundo. Decidí matarle sin dolor.
Cogí un cuchillo y me hice un corte en la mano, pues sólo podría morir cuando mi sangre rozara su frente. Esa imagen nunca se me olvidaría… su cuerpo se desvaneció sin más. Minutos después sus esclavos serían liberados para volver con sus familias.
Cuando volví a Nici, todo el mundo me aclamaba con emoción, y gritaban:
-¡Nuestra reina, nuestra reina!- Y se ponían de rodillas, y entonces se me acercó Emily y me colocó una corona en la cabeza, cerré un momento los ojos, y oí una voz que me decía:
-Hija cariño, levántate.
Abrí los ojos, vi a mi madre y pensé que todo había sido un sueño. Pero me miré la mano y tenía una marca de un corte como la del sueño…
(Beatriz Villajos Pedraza, 3º C)
Desde aquí animo a todos a escribir, a no perder ninguna oportunidad de seguir aprendiendo y a disfrutar con la imaginación, leyendo o escribiendo, pero disfrutad de ella.
Cogí un cuchillo y me hice un corte en la mano, pues sólo podría morir cuando mi sangre rozara su frente. Esa imagen nunca se me olvidaría… su cuerpo se desvaneció sin más. Minutos después sus esclavos serían liberados para volver con sus familias.
Cuando volví a Nici, todo el mundo me aclamaba con emoción, y gritaban:
-¡Nuestra reina, nuestra reina!- Y se ponían de rodillas, y entonces se me acercó Emily y me colocó una corona en la cabeza, cerré un momento los ojos, y oí una voz que me decía:
-Hija cariño, levántate.
Abrí los ojos, vi a mi madre y pensé que todo había sido un sueño. Pero me miré la mano y tenía una marca de un corte como la del sueño…
(Beatriz Villajos Pedraza, 3º C)
Desde aquí animo a todos a escribir, a no perder ninguna oportunidad de seguir aprendiendo y a disfrutar con la imaginación, leyendo o escribiendo, pero disfrutad de ella.
Olga García
Dpto de Lengua
Hola Olga: soy Lola, del Torreón, te felicito por tu actividad, ya veo que vuestro periódico sigue en marcha , me alegro mucho, saludos a Eva .LOLA
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