Desde siempre han existido claros ejemplos de discriminación racial en el deporte. Uno de ellos podría ser el caso de Sudáfrica, donde los deportistas blancos y los negros tenían la obligación de practicar los deportes por separado. Tampoco permitían que los equipos extranjeros que acudían allí fueran mixtos, ni que los equipos de personas blancas se enfrentaran con los equipos de personas negras, y viceversa.
Afortunadamente, esta situación cambió gracias a la intervención del C.O.I. en 1959, negándole a Sudáfrica el permiso de participar en los juegos olímpicos que habían de disputarse en Tokio. El caso Sudáfrica junto con el de Rhodesia son los más radicalizados, pero no son los únicos. Por ejemplo los estadounidenses Tommie Smith y Jhon Carlos en la prueba de 200 metros lisos, y James y Ron Freeman en la prueba de 400 metros lisos durante los juegos olímpicos de México de 1968, aprovecharon sus puestos de podio para levantar unos guantes negros haciendo publicidad del “ Black Power” (Poder Negro), movimiento del cual sus ideologías están claramente marcadas por el racismo. Todos ellos fueron descalificados.
Afortunadamente, esta situación cambió gracias a la intervención del C.O.I. en 1959, negándole a Sudáfrica el permiso de participar en los juegos olímpicos que habían de disputarse en Tokio. El caso Sudáfrica junto con el de Rhodesia son los más radicalizados, pero no son los únicos. Por ejemplo los estadounidenses Tommie Smith y Jhon Carlos en la prueba de 200 metros lisos, y James y Ron Freeman en la prueba de 400 metros lisos durante los juegos olímpicos de México de 1968, aprovecharon sus puestos de podio para levantar unos guantes negros haciendo publicidad del “ Black Power” (Poder Negro), movimiento del cual sus ideologías están claramente marcadas por el racismo. Todos ellos fueron descalificados.
Habiendo dicho esto, resulta difícil pensar que el deporte estrecha los lazos entre los pueblos, ya que la mayor parte de las situaciones en las que se enfrentan deportistas de países con cierta rivalidad, surgen actitudes muy poco deportivas, tanto en los deportistas como en los aficionados de estos deportes.
En fin, lo que parece cierto es que cada año, la gente está más concienciada de que el deporte no puede crear tantos conflictos, y de que ante todo tiene que reinar la tolerancia, pero, hasta que no se den cuenta todos de que el color de piel no importa en absoluto, y de que todas las personas somos iguales sea cual sea nuestra raza, religión o cultura, seguirá existiendo el racismo, esperemos que se den cuenta pronto y podamos convivir sin prejuicios gente de todas las culturas, ya que eso es lo que más enriquece a la mente humana.
En fin, lo que parece cierto es que cada año, la gente está más concienciada de que el deporte no puede crear tantos conflictos, y de que ante todo tiene que reinar la tolerancia, pero, hasta que no se den cuenta todos de que el color de piel no importa en absoluto, y de que todas las personas somos iguales sea cual sea nuestra raza, religión o cultura, seguirá existiendo el racismo, esperemos que se den cuenta pronto y podamos convivir sin prejuicios gente de todas las culturas, ya que eso es lo que más enriquece a la mente humana.
Mónica García
Profesora de Educación física
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