La cuestión de fondo sería la determinación del fundamento objetivo y real de lo humano sin caer en fáciles reduccionismos.
¿Qué es el hombre? ¿Qué es una raza? ¿Qué es la discriminación racial?
Desde ahí os queríamos presentar una corriente teológica del siglo XVI. Es la llamada escuela de Salamanca. Su inspirador fue Francisco de Vitoria (1483-1546), religioso dominico que teorizó sobre la economía desde una perspectiva moral. Según Vitoria el orden natural se basa en la libertad de circulación de personas, bienes e ideas. Inició el Derecho de Gentes afirmando que los indios no eran seres inferiores. La doctrina jurídica de la Escuela significó el fin de los conceptos medievales del derecho, con la reivindicación de la libertad. Los derechos naturales del hombre pasaron a ser el centro de atención, tanto relativos al cuerpo como al espíritu.
La conquista del Perú por Francisco Pizarro provocó en Salamanca una verdadera crisis de conciencia.
la Bula “Sublimis Deus” del Papa, Paulo III, definió solemnemente la racionalidad y la libertad de los indios recientemente descubiertos. Desde este doble compromiso religioso y político sometió Vitoria a juicio crítico la política colonial.
La primera denuncia de Francisco de Vitoria contra el colonialismo español en América data de las lecturas desarrolladas durante las clases de Cátedra en 1534. En ellas reivindica por primera vez la libertad natural de los indios y el derecho a disponer de sus bienes y territorios. Los indios recientemente descubiertos no pueden ser hechos esclavos ni arbitrariamente pueden ser despojados de sus tierras que poseen legítimamente.
Sólo en función de la libre elección de los pueblos indios y de la necesidad de protección de los derechos humanos justificaba Vitoria la intervención de España en América. En 1538 Vitoria proclama y esta vez públicamente, que los indios, en cualquier extremo de degradación y condición salvaje que se encontraran, eran dueños y señores de sí mismos y de sus bienes, tenían la dignidad de personas libres e inviolables con todos los derechos y obligaciones inherentes a todo ser humano. La reivindicación de esta dignidad humana radicaba en el reconocimiento de que también los indios por fuerza de su naturaleza eran seres racionales, inteligentes y libres, creados a imagen de Dios con un destino personal y trascendente.
El magisterio de Francisco de Vitoria abría así una nueva fase al criticismo político. Se impuso a teólogos, juristas y canonistas. Nacía una verdadera escuela. Sus discípulos sometieron a revisión el fenómeno colonial para configurar la intervención de España en América como un protectorado político en cumplimiento de un mandato de la comunidad internacional y al servicio prioritariamente de los mismos pueblos protegidos.
Las nuevas leyes de 1542 promulgadas en Barcelona por el Rey de España y Emperador Carlos V e influenciadas por Vitoria proclaman entre otras cuestiones, dos de vital importancia:
§ Proclaman la libertad natural de los indios. En consecuencia es abolida la esclavitud, sea cualquiera la causa originaria y legal, en cuanto a los nativos, son seres humanos libres y vasallos de la Corona de Castilla. Todos los indios deben ser puestos en libertad. Al esclavo indígena se le considera de hecho y de derecho libre.
§ Proclaman la libertad de trabajo. Prohíben que los indios lleven personalmente cargas, con solo las excepciones impuestas por la falta de animales o caminos y siempre como faenas voluntarias, nunca forzadas y sin menoscabo de la salud, Ej: “Los buceadores serán voluntarios, pero si continua la mortandad se prohibirán absolutamente las pesquerías de perlas, porque estimamos en mucho más, como es razón, la conservación de sus vidas, que el interés que nos puede venir de las perlas”.
El espíritu de Vitoria, hecho pensamiento en Salamanca, animaba las nuevas leyes. El desarrollo orgánico de esta ley fundamental, que discurre por un período de transición que dura veinticinco años, supuso una verdadera ruptura con la política tradicional.
María José Gómez Gutiérrez (3ºA)
Jennifer Pedraza Novalbos (3ºA)
El racismo es relativo:
ResponderEliminarLos gitanos, por ejemplo, han acusado simpre a los pallos de ser racistas. ¿Y los gitanos no son a su vez racistas por su despreciio sistemático a la cultura palla?
Todo es relativo. Depende de los ojos que miren el asunto.